Cuando desciendes Tottenham Court Road, al
oeste de Bloomsbury, cientos de cámaras captan tu imagen desde postes y
escaparates. Una multitud se agolpa ante las tiendas para adquirir la última
mirilla audiovisual. El Gran Hermano te vigila desde las esquinas y es este un
gran bucle irónico del urbanismo y la literatura porque fue justo por estas
aceras donde un tipo alto y con bigote rumió hace sesenta años la mejor
distopía del siglo XX. Su nombre era George Orwell, y el de la novela que nos
alertaba sobre el futuro, 1984.
Al comienzo de la II Guerra Mundial, Orwell
y su primera esposa, Eyleen, vivían en un callejón a la vuelta de Baker Street,
distrito de Marylebone. Baker Street no es una calle cualquiera de Londres. El
221b fue habitado entre 1881 y 1904 por los dos personajes más famosos de la
literatura inglesa, el detective Sherlock Holmes y su ayudante el doctor
Watson. Hoy, la casa museo es un edificio abuhardillado de tres plantas que reproduce
aquella atmósfera victoriana y los crímenes más famosos que resolvió la pareja.
A su lado se encuentra una completa tienda de merchandising sobre The Beatles.
01 La habitación 101
Pero en los primeros cuarenta, cuando
Hitler lanzaba sus bombas sobre Londres, Holmes no tenía su museo y los beatles
llevaban pañal. George Orwell descendía cada día por Marylebone Road para
dirigirse a las instalaciones de la BBC en el 55 de Portland Place, donde
trabajaba en el servicio exterior para India. Cada jornada debía soportar
soporíferas reuniones con los censores y editores de la emisora pública. Las
reuniones tenían efecto en una habitación sin ventanas ni ventilación. Cuando
años más tarde Orwell escribió su obra más famosa, 1984, se vengó de aquellas
sesiones y reprodujo el lugar como la célebre habitación 101 en la que el
protagonista Winston Smith, sometido a brutal tortura psicológica, delata a su
amada Julia y acaba entregándose al poder del Big Brother. Ahora la BBC ya no
está allí, pero el edificio, en efecto, guarda un aire siniestro. Por la
calle, ni un alma.
Otros biógrafos de Orwell, sin embargo,
sitúan las tétricas oficinas del ministerio de la Verdad, donde se miente, o
del ministerio del Amor, donde se tortura, en el edificio de la Biblioteca del
Senado, en Malet Street. Estamos en el corazón de Bloomsbury, el barrio de
coquetas plazas y elegantes parterres, sede del British Museum, puesto de moda
por Virginia Woolf y otros artistas a principios de siglo. Esta Casa del
Senado, perteneciente al University College, con sus aires gigantescos y
uniformes al estilo de las sedes de los Gobiernos estalinistas, es en verdad
muy orwelliana. La paradoja es que sea precisamente allí donde figure el
archivo literario del autor.
02 Los ‘pubs’ de Fitzrovia
La donante de este archivo fue su viuda y
segunda esposa, Sonia Brownell. La bella Sonia y el ya famoso Orwell se
conocieron después de la guerra mundial. Orwell había enviudado de Eyleen y
necesitaba compañía. Sonia vivía en Percy Street, una bocacalle de Tottenham
Court Road, en el límite entre
Bloomsbury y Fitzrovia. Esa noche cenaron en un
restaurante griego (Elysée) en el número 13 de la calle. El restaurante todavía
existe, sigue siendo griego y mantiene la música en directo.
Fitzrovia es el nombre con el que
bautizaron los artistas esta zona del norte de Londres. Calles estrechas,
adoquinadas, con casas de una altura y buhardilla. Fitzroy es la taberna que
lleva abierta desde 1833 en el 16 de Charlotte Street. Barra cuadrada, quiches,
pastas, púdines, sidras y, por supuesto, cervezas. En una de las paredes, la
foto de Orwell. Sonia y él alternaron aquí muchas noches. Pero también en el
pub Newman Arms (23, Rathbone St.), con su colección de cervezas tostadas, en
el proletario The Hope (15, Tottenham St.) y sobre todo en el trasnochador
Marquis de Granby (2, Rathbone St.), el último rincón de la bohemia local.
03 Pink Floyd en portada
Al norte de Bloomsbury, en las antiguas
caballerizas de la ciudad, se encuentra el mercado de Camden (metro Camden
Town), al que acudía el escritor en busca de antigüedades. Junto a Trafalgar
Square, en la cripta de la iglesia de San-Martin-in-the-Fields, famosa por sus
conciertos barrocos, durmió Orwell más de una noche en su época de vagabundo.
En los desolados muelles de Newham (metro East India) buscó inútilmente
trabajo, y fue aquí donde el director Michel Radford situó y filmó los adustos
barrios proletarios de la película 1984. La casa en la que vive el protagonista
Winston Smith fue escenificada en la central eléctrica de Battersea, junto al
Támesis. Este mausoleo industrial fue utilizado por el grupo Pink Floyd para la
portada de su disco Animals. El proyecto de convertir esta factoría abandonada
en el mayor centro cultural de Londres está paralizado por la crisis.
04 Alojarse en el barrio
Bloomsbury y Fitzrovia son dos enclaves muy
recomendables para encontrar acomodo en Londres. Ir andando hasta Soho, Covent
Garden, Chinatown y Westminster es un agradable paseo. El hotel Russell, con su
fachada de terracota roja, es imponente. También lo es el hotel St. Pancras,
sobre la estación de King Cross. El hotel St. Giles, más funcional, es la mejor
opción para pernoctar cerca del British Museum. El hotel Tavistock está situado
en una encantadora placita zen. Los estudios Let, en Cartwright Gardens, incluyen
apartamentos con derecho a cocina en un ambiente tranquilo.
Me gustan los cursos de ingles Parecen muy interesantes
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