Cuando desciendes Tottenham Court Road, al
oeste de Bloomsbury, cientos de cámaras captan tu imagen desde postes y
escaparates. Una multitud se agolpa ante las tiendas para adquirir la última
mirilla audiovisual. El Gran Hermano te vigila desde las esquinas y es este un
gran bucle irónico del urbanismo y la literatura porque fue justo por estas
aceras donde un tipo alto y con bigote rumió hace sesenta años la mejor
distopía del siglo XX. Su nombre era George Orwell, y el de la novela que nos
alertaba sobre el futuro, 1984.

01 La habitación 101
Pero en los primeros cuarenta, cuando
Hitler lanzaba sus bombas sobre Londres, Holmes no tenía su museo y los beatles
llevaban pañal. George Orwell descendía cada día por Marylebone Road para
dirigirse a las instalaciones de la BBC en el 55 de Portland Place, donde
trabajaba en el servicio exterior para India. Cada jornada debía soportar
soporíferas reuniones con los censores y editores de la emisora pública. Las
reuniones tenían efecto en una habitación sin ventanas ni ventilación. Cuando
años más tarde Orwell escribió su obra más famosa, 1984, se vengó de aquellas
sesiones y reprodujo el lugar como la célebre habitación 101 en la que el
protagonista Winston Smith, sometido a brutal tortura psicológica, delata a su
amada Julia y acaba entregándose al poder del Big Brother. Ahora la BBC ya no
está allí, pero el edificio, en efecto, guarda un aire siniestro. Por la
calle, ni un alma.
Otros biógrafos de Orwell, sin embargo,
sitúan las tétricas oficinas del ministerio de la Verdad, donde se miente, o
del ministerio del Amor, donde se tortura, en el edificio de la Biblioteca del
Senado, en Malet Street. Estamos en el corazón de Bloomsbury, el barrio de
coquetas plazas y elegantes parterres, sede del British Museum, puesto de moda
por Virginia Woolf y otros artistas a principios de siglo. Esta Casa del
Senado, perteneciente al University College, con sus aires gigantescos y
uniformes al estilo de las sedes de los Gobiernos estalinistas, es en verdad
muy orwelliana. La paradoja es que sea precisamente allí donde figure el
archivo literario del autor.
02 Los ‘pubs’ de Fitzrovia
La donante de este archivo fue su viuda y
segunda esposa, Sonia Brownell. La bella Sonia y el ya famoso Orwell se
conocieron después de la guerra mundial. Orwell había enviudado de Eyleen y
necesitaba compañía. Sonia vivía en Percy Street, una bocacalle de Tottenham
Court Road, en el límite entre
Bloomsbury y Fitzrovia. Esa noche cenaron en un
restaurante griego (Elysée) en el número 13 de la calle. El restaurante todavía
existe, sigue siendo griego y mantiene la música en directo.

03 Pink Floyd en portada

04 Alojarse en el barrio
Bloomsbury y Fitzrovia son dos enclaves muy
recomendables para encontrar acomodo en Londres. Ir andando hasta Soho, Covent
Garden, Chinatown y Westminster es un agradable paseo. El hotel Russell, con su
fachada de terracota roja, es imponente. También lo es el hotel St. Pancras,
sobre la estación de King Cross. El hotel St. Giles, más funcional, es la mejor
opción para pernoctar cerca del British Museum. El hotel Tavistock está situado
en una encantadora placita zen. Los estudios Let, en Cartwright Gardens, incluyen
apartamentos con derecho a cocina en un ambiente tranquilo.
Me gustan los cursos de ingles Parecen muy interesantes
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